FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN 2016

64 DONOSTIA ZINEMALDIA

Festival de San Sebastián 2016

Sabor agridulce

Llegó y pasó el último Festival de cine de San Sebastián, con sus largas colas, su casi perfecta organización, su agilidad en el desarrollo del mismo y sus diferentes secciones, que han dejado una combinación de alegrías, indiferencia y desilusiones.

Además de la Sección Oficial, el certamen contaba con propuestas tan interesantes como ciclos dedicados a Nuevos Directores u Horizontes Latinos, otro denominado Perlas, atento a películas que han destacado por razones diversas en otros lugares, en donde participaban directores ya consagrados, un cumplido ciclo dedicado al realizador francés Jacques Becker, e incluso, entre otros, una sección culinaria destinada al cine y a la gastronomía.
En cuanto a lo referente a Nuevos Directores, tuvimos la ocasión de apreciar la meritoria película española, María (y los demás), de la directora Nely Reguera, protagonizada por Bárbara Lennie, una honesta y desenvuelta ópera prima, en donde el mayor peso lo soporta su actriz principal, que despliega espontaneidad, energía, inquietudes vitales e incertidumbre por su vida personal, profesional y familiar.También nos interesó, especialmente en su primera parte, el filme francés Lumières d’été – Natsu no hikari, del director Jean-Gabriel Périot, con sus emocionantes entrevistas a supervivientes de de la bomba atómica de Hirosima, y el recorrido actual por la ciudad. De la filmografía francesa contemplamos también en esta sección la película del realizador Morgan Simon, Compte tes blessures / A Taste of Ink, de la que nos inquietó la relación entre padre e hijo, el primero despótico, despreciativo, frío, distante y egoísta, y el segundo con carencias afectivas evidentes, en estado de duelo y con la existencia en plena incógnita.

Festival de San Sebastián 2016 foto 1

Festival de San Sebastián 2016 foto 2Festival de San Sebastián 2016 foto 3

En la Sección de Perlas, la propuesta era abrumadora, entre las que se encontraban obras desde el último y premiado largometraje del británico Ken Loach, I, Daniel Blake (Yo, Daniel Blake), un Loach en plena forma en denuncia del sistema de seguridad social de su país, desgraciadamente trasladable a otras latitudes, los últimos regalos de la actriz francesa Isabelle Huppert en L’avenir (El porvenir), de Mia Hansen-Love y Elle, del director Paul Verhoeven, o la vuelta a la pantalla, después de algunos años, del realizador serbio Emir Kusturica, con Na mliječnom putu / On the Milky Road, con la intervención estelar como protagonista de Monica Bellucci, asistente en el certamen donostiarra para la presentación del filme, que en su conjunto nos pareció un disparate ruidoso, una algarabía inacabable, que no abandona el gusto por los perennes gallos, burros, bañeras, artefactos imposibles y enseres múltiples, pero que no evoluciona de la simple anécdota, eso sí, continuando acompañada de alcohol a borbotones, disparos a mansalva, y ceremonias estruendosas.

Pasando ya a la Sección Oficial, el Jurado presidido por Bille August, premió con preferencia al cine asiático, otorgándole tres importantes galardones: en primer término, concedió la Concha de Oro a la Mejor Película a la china Wo bu shi pan jinlian / I Am not Madame Bovary, del director Xiaogang Feng, que también consiguió la Concha de Plata para su protagonista, Fan Binbing, una famosa actriz china que en esta película deambula por instituciones burocráticas de su país, durante años, para intentar la anulación de un divorcio ficticio; y para rematar la preferencia por el cine asiático, eligió al surcoreano Hong Sang-soo como Mejor Director por el filme Dangsinjasingwa dangsinui geot / Yourself and Yours, un autor muy reconocido en diversos festivales, que en esta ocasión vuelve a ahondar en las relaciones humanas, centrándose en la de pareja, con utilización de planos fijos de larga duración.

Festival de San Sebastián 2016 foto 4Festival de San Sebastián 2016 foto 5

El Premio Especial del Jurado lo tuvieron que compartir la coproducción entre Argentina y Francia El Invierno, de Emiliano Torres, y la sueca Jätten / The Giant de Johannes Nyholm, además de alzarse la primera con el trofeo a la Mejor Fotografía, autoría de Ramiro Civita. En cuanto a El Invierno, nos encontramos frente a un filme que refleja con modestia pero mucho acierto, la lucha por la supervivencia de dos capataces en la Patagonia argentina, las terribles condiciones ambientales en que se desarrolla así como la miserable necesidad de llegar al límite por simples migajas, esfuerzos que a la postre se utilizan y tiran en cuanto interesa a los más poderosos. Por lo que respecta a la sueca, en un intento de mezclar elementos ficcionales, documentales y fantásticos, nos parece que si lo pretendido era normalizar lo diferente, lo que al final se ha conseguido es hacer espectáculo gratuito con el desfavorecido, en el mundo de la petanca de por medio.

Los Premios de Mejor Actor y Mejor Guion fueron a parar a películas españolas. El primero, para el inconmensurable Eduard Fernández en El hombre de las mil caras de Alberto Rodríguez, por su retrato de Francisco Paesa, un espía, timador, tramposo y corrupto que consiguió con el arte del ocultismo convertirse en una de las personas más intrigantes de la historia reciente de España. El Mejor Guion fue para Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, responsables del mismo en el thriller Que Dios nos perdone de Rodrigo Sorogoyen, en la búsqueda de un asesino en serie en la Madrid del 2011, repleta de peregrinos católicos y de afectados por la crisis económica.
Dejando ya aparte los galardones, en la Sección Oficial lo que más nos impactó fueron dos películas centradas en la violencia gratuita. La primera de ellas, se trata de la polaca Plac Zabaw/ Playground, de Bartosz M. Kowalski. Basada en unos acontecimientos desarrollados en la infancia, deleznables, gratuitos e inexplicables, ocurridos en la realidad, despertó una fuerte e intensa polémica entre el público asistente a su estreno, al que acudió parte del equipo creador del filme, y que incluso fue tachado por algún espectador de inmoral, y hasta de sádico. Como se vino a explicar por el realizador en la rueda de prensa posterior, las películas no son hechas sopesando la reacción de los demás. Nos guste o no, en el mundo actual cada vez nos encontramos con mayores casos de agresividad incontrolada e inexplicable, que despiertan muchas preguntas, y encuentran pocas respuestas. El largometraje nos retrotrae inmediatamente a la filmografía del austriaco Michael Haneke, y en especial, a su filme Funny Games (1997), y si bien, en la escena más dantesca este último recurría al fuera de campo en imagen y al sonido real dentro de la escena, en el filme de Bartosz M. Kowalski, elegantemente se aleja con su cámara de los acontecimientos, que se muestran en la distancia con su irracionalidad, sin indagar ni especular sobre los motivos.

Festival de San Sebastián 2016 foto 6

Entrando en la segunda obra que nos conmocionó, también a vueltas con la violencia, se trató de Jesús, una coproducción de Francia, Chile, Alemania y Grecia, del director chileno Fernando Guzzoni. En este caso, los protagonistas son jóvenes cuya vida gira en torno a placeres artificiales, sin metas objetivas de futuro, y cuya ignorancia y desprecio hacia el dolor ajeno nos deja meditando sobre la educación actual o la falta de ella, y el puro mundo de consumismo en el que nos movemos. Cinematográficamente, en este caso Fernando Guzzoni opta por mostrar con crudeza los hechos, pero velados mediante una fotografía sucia, oscura y granulosa. Por último, también sorprende y da un toque, digamos que algo esperanzador, su insospechado final.

Dejar un comentario